En medio del smog y un calor sofocante, se habilitó la Villa Olímpica; chinos y polacos fueron los primeros en hospedarse. La densa cortina gris, producto de la alta contaminación ambiental de esta ciudad, se convirtió en la escenografía natural de la ceremonia de apertura de la Villa Olímpica.
El agobiante calor y la humedad completaron el incómodo contexto de esta primera fiesta. Las puertas, decoradas con motivos de antiguos dragones, se abrieron y la bienvenida tiene otra calidez con los distintivos ornamentos cerámicos, que representan a mujeres vestidas con el traje de la dinastía Tang.

Chen Zhili, ex ministra de educación y alcaldesa de la Villa, recibió la simbólica llave dorada de manos de Liu Qito, responsable del comité organizador de los Juegos; con el izado de la bandera de los cinco anillos se cumplió la habilitación oficial de este ultramoderno complejo, constituido por 42 edificios.

El gigante Yao Ming, pivote de los Houston Rockets, y el campeón olímpico de los 110 metros con vallas, Liu Xiang, sobresalieron en el contingente de 265 atletas y entrenadores chinos, que desde ayer está alojado en la Villa. Apenas un puñado de delegaciones se encontraban en Pekín, pero ninguna asistió al acto. Horas después de la celebración, los representantes de
Polonia sí se mudaron a sus departamentos junto con los cubanos. Deng Yaping, vocera de la Villa, aseguró que todos los atletas se hospedarán allí, incluso los equipos de los Estados Unidos y de Rusia, para desmentir rumores acerca de que no sería así.

Además de las rigurosas medidas y el despliegue para garantizar la seguridad, los anfitriones también se ocuparon de aclarar que se eliminará la preocupante nube plomiza mientras dure la competencia (entre el 8 y el 24 del mes próximo). Vamos a satisfacer a todos los habitantes y a crear un hogar seguro, cálido y armonioso para todos, se comprometió Guo Jinlong, alcalde de Pekín.

Esta ciudad deportiva cuenta con restaurantes, casas de té, biblioteca, peluquería, una oficina de correo, tiendas varias, un destacamento de bomberos y una clínica. A la hora de alimentarse, los atletas podrán escoger entre comida oriental y occidental, que serán preparadas durante las 24 horas por unos 2400 cocineros. El espacio también cuenta con cinco recintos especiales, donde se harán celebraciones de las cinco grandes religiones universales; incluso, se dictarán clases de chino y otras artes tradicionales de esa nación, como la fabricación de cometas.

La particularidad más llamativa es el perfil ecologista que se le dio para cuidar el medio ambiente. Se utiliza un sistema de ahorro energético: las duchas y la iluminación nocturna exterior se abastecerán de paneles solares y se empleará agua de lluvia. En la Villa, se empezaron a vivir los Juegos. Pekín extendió sus brazos a los deportistas.

“La amabilidad como prioridad:

Trataremos de satisfacer a gente de diferentes culturas y religiones. Esperemos que les gusten los servicios y las instalaciones, dijo Chen Zhili (foto), al recibir la llave dorada.

16 mil atletas vivirán en la Villa, distribuidos en 9000 habitaciones.

66 hectáreas tiene el complejo; después de los Juegos, cada departamento se venderá entre 500.000 y un millón de dólares.

22,5 metros cuadrados es el promedio del espacio del que dispondrá cada atleta.

Fuente: Reuters y ANSA