El DT Piccato y los jugadores Fer Zurbriggen y Taya Gallizzi describen cómo ven a este seleccionado joven y producto de la Liga. Idea de juego y nivel de rodaje.
“Estoy muy entusiasmado con jugar con este equipo”.
Tayavek Gallizzi estuvo en el oro panamericano y en el subcampeonato mundial, ambos hace un año y medio. Compartió con Scola, Campazzo y compañía el nuevo hito del básquet argentino, pero sin embargo vuelve a sentirse uno más. Admite nervios y mucha ilusión de ir por los puntos con esta nueva Selección que irá por la clasificación a la Americup 2022. Por esto, por actitudes así y el compromiso que los jugadores exhiben, desde el primero al último, Argentina no se relaja y sigue intentando encontrar la mejor versión de cada equipo. En este caso de este joven producto nacional, de este renovado seleccionado que, formado íntegramente por jugadores de nuestra Liga Nacional, disputará por tercera vez una ventana FIBA.
“Hay una química especial, dentro y fuera de la cancha. Somos jóvenes que estamos muy alineados con el cuerpo técnico y con el legado que recibimos cuando nos ponemos esta camiseta. Además, estamos mejor como equipo, estamos mejor que en la ventana pasada. Más rodados y nos conocemos más”, complementa Fernando Zurbriggen, el base que ya estuvo en noviembre pasado, cuando el equipo nacional superó a Chile (67-61) y Colombia (75-67) en Obras Sanitarias. Ahora toca nuevamente esos rivales, el domingo la Roja (a las 22.10) y el lunes, los locales, en un nuevo horario confirmado (19.30), ambos televisados por TyC Sports y DirecTV.
“El equipo está muy bien. Los entrenamientos fueron pocos aunque de mucha calidad. Pudimos reproducir el estilo y la idea, con alto nivel de intensidad y logrando un importante porcentaje de concreción de lo pedido. El desafío será es manifestar esto e incluso mejorarlo en la competencia. Está claro que, cuando entrenás, estás entre compañeros, en un ámbito de colaboración, pero es muy distinto a competir contra un adversario”, resalta el entrenador Gabriel Piccato, quien confirma la idea de identidad que tiene para equipo joven.
“La base de la construcción es el trabajo defensivo. Poder defender el aro con agresividad e intensidad, buscando forzar el error, pero a la vez teniendo un alto grado de percepción de cuando parar la marcha. Apuntamos a no confundir velocidad con apuro y, a la vez, poder tener un equilibrio en ataque para complementar nuestra defensa”, completa el entrenador.
Cada vez falta menos. El equipo ya está listo. Ahora debe demostrar todo lo bueno de esta previa en la competencia.