Superó por 73 a 58 a un muy digno Paraguay y se pudo sacar de encima el estigma de las dos primeras jornadas con derrota.

Chile sufrió más de la cuenta, pero tuvo un segundo tiempo sólido y con eso le bastó para superar a Paraguay y celebrar su primer triunfo del torneo. El equipo de Frola arrancó impreciso y le costó asumir el protagonismo, ante un rival que inmediatamente le trasladó la presión, demostró argumentos serios en sus individualidades (Ochipinti, Poisson y Mercado, como siempre) y se le plantó en zona.

Recién cuando Haase pudo sacar ventajas en la pintura, la Roja se adueñó del trámite. Y eso fue recién en el complemento, luego de un parcial de 16 a 4 que le permitió escaparse a 19 (53 a 34, a falta de 3’12’’). Con el marcador controlado, los chilenos intentaron correr para liquidar la historia. No obstante, Paraguay no se entregó. Y peleó hasta el cierre, a pesar del desgaste físico: se puso dos veces a seis (51 a 57 y 58 a 64) con siete y cuatro minutos en el reloj. Pero no fue suficiente.

Porque Chile, retomando su idea original, volvió a darle juego a Haase, que como en cada una de las tres jornadas, respondió por su equipo (no solamente con puntos, sino también con liderazgo). El juego lo cerró Low, con un triple a 35 segundos que le dio nueve de ventaja a los trasandinos. Fue el quiebre definitivo. El conjunto paraguayo, ya sin resto, sintió el golpe y bajó la guardia. Fue 73 a 58 finalmente, aunque con una diferencia mentirosa.


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