Derrotó a Chile por 62 a 59 y terminó con sonrisa un difícil debut. Gran juego de los de Frola.

El partido comenzó con una intensidad altísima y con ambos equipos intentando predominar a partir de su plan de juego. Sorprendió Chile de entrada, con su planteo serio y una defensa al límite, respondió Brasil, de inmediato, con la jerarquía de sus individualidades (Didi puntualmente), algunas de proyección internacional asegurada. Todo con un vértigo absurdo.

Parecía que se escapaba el equipo Guidetti (sacó diez a falta de 3’35’’ para el entretiempo), pero terminó emparejando el conjunto de Frola (37 a 34 abajo al descanso). Sin respiro. Con goleo bajo pero adrenalina alta. Con errores, pero a la vez intenciones respetables en la búsqueda final, sobre todo del lado de los trasandinos, que se mostraron prolijos y jamás perdieron la línea en todo el PT.

Tras el descanso la paridad se mantuvo, hasta que Chile sintió el desgaste. Y ahí los brasileños olieron sangre. Apareció Yago (prácticamente ausente hasta ese momento), el equipo corrió y así sacó máxima de 13 (49 a 36 a falta de 5’30’’ para el final del tercer chico). Sin embargo, los chilenos volvieron al partido, una vez más, con Haase como líder y bandera. Y decididos a luchar hasta el final.

Tal vez ese haya sido el gran mérito de la Roja: no rendirse ni en los peores baches, bancar la parada. Muy meritorio. Aunque no lo suficiente como para quedarse con el triunfo. Brasil, sin encontrarle jamás la vuelta a la zona y con más empuje que juego, terminó inclinando la balanza. Un triplazo de Dos Santos sobre el cierre de la posesión, fue la daga definitiva. Allí sacó siete de ventaja con 1'45'' en el reloj y decretó el partido. Que más que partido fue un verdadero partidazo.


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Fotos: Alejandra Ruiz para Prensa CABB.