Argentina concurrió al Sudamericano con un equipo mayormente joven, con algunos valores que habían realizado su primera experiencia en unos amistosos en China y Australia. Como líderes aparecían hombres más rodados, como González y Gutiérrez, quienes tenían un lugar seguro en el inminente Mundial. La conducción técnica quedó en manos de un entrenador como Casalánguida, que también buscaba experiencia internacional.
Durante la preparación, que incluyó giras por Chile y Venezuela, se lesionó Cantero y no pudo participar durante la rueda clasificatoria.
El debut fue con un golpe duro, ya que una Venezuela renovada le ganó por estrecho margen, pero gracias a una remontada en el final, luego de que los venezolanos tuvieran el control del marcador en gran parte de su desarrollo. Argentina se recuperó contra Ecuador en un partido sin equivalencias, mientras que cerró el grupo venciendo a Colombia, que había dado la sorpresa derrotando a Venezuela.
En la semifinal, ya con la presencia del recuperado Cantero, venció a Uruguay, manejando el marcador a lo largo de casi todo el partido. Pero en la final, ante Brasil, la situación fue completamente diferente, ya que los brasileños tomaron el control desde el segundo cuarto y nunca les dieron opciones a los argentinos, que debieron conformarse con la medalla de plata. Esto le significó, además, la clasificación para el Torneo de las Américas y los Juegos Panamericanos, ambos en  2011.