Argentino concurrió al Sudamericano sin sus principales figuras, pero con un equipo mayormente joven y con una calidad individual como pocas veces antes. La conducción recayó sobre Fernando Duró, quien contó con un plantel, en el que aparecían hombres como Herrmann, Delfino o Leonardo Gutiérrez, quienes semanas después serían campeones olímpicos, junto a otros que triunfaban en Europa, como Prigioni o que eran figuras de la Liga Nacional, como Pelussi. Por eso se alcanzó una actuación sobresaliente.
En la preparación hubo varios problemas físicos, quedando descartados Kammerichs (lo reemplazó Prego) y Victoriano, entre otros. LoGrippo, lesionado, viajó con la delegación, pero no pudo jugar, por lo que en medio del torneo se decidió su regreso a Argentina.
El torneo reunió a seis países y se disputó por el sistema de todos contra todos, con los dos primeros protagonizando la final.
El debut fue ante Paraguay y si bien los argentinos lograron la victoria, la actuación, sobre todo en la segunda mitad, no terminó de convencer. Las dudas aumentaron el perder en la siguiente presentación ante Brasil. Chile fue una buena oportunidad para empezar a levantar. La aplastante victoria reanimó al equipo argentino. Esto quedó demostrado en la cuarta jornada, en la que Uruguay sufrió su poderío, con una derrota por 29 puntos de desventaja. La alegría no fue completa para los argentinos, ya que una lesión marginó a Farabello por el resto del torneo. En la fecha de cierre Venezuela solo le jugó de igual a igual en el primer cuarto, para que después fuera dominio argentino.
La final fue ante Brasil y luego de un primer tiempo parejo Argentino arrasó en la segunda mitad, con un rendimiento general e individual de alto nivel, que le permitió alcanzar el título regional, además del pasaporte para el Torneo de las Américas 2005.
En el plano individual Herrmann resultó elegido Jugador Más Valioso del torneo