Al grupo de jugadores que lograron la fantástica clasificación para los Juegos Olímpicos todavía les duraba la frustración por la decisión de la dictadura militar argentina de no concurrir a Moscú el año anterior, cuando debieron afrontar el Sudamericano. Además, fue necesario nombrar un nuevo entrenador, debido a la inesperada muerte de Miguel Ripullone.
Con la ilusión de lograr la clasificación para el Mundial de 1982 el técnico Raúl García apeló a un equipo muy experimentado, que sufrió la lamentable ausencia de Cadillac, lesionado.
Sin amistosos previo el equipo viajó a Montevideo para defender el título regional. Los dos partidos iniciales Argentina los superó sin inconvenientes, ganándoles con amplitud a Perú y Paraguay. En la tercera jornada llegó el desafío ante Brasil, en el que los argentinos jugaron un buen primer tiempo, pero decayeron en la segunda mitad, permitiendo la victoria brasileña por un doble de diferencia.
Tras el triunfo de Uruguay ante Brasil por la mínima el panorama para el partido decisivo ante los uruguayos indicaba: si Argentina ganaba por 1 punto terminaba tercero y el campeón era Brasil. Si se imponía por 2 puntos quedaba segundo el campeón también era Brasil. Si ganaba por 4 o más, el título se lo llevaba Argentina. Sin embargo, las posibilidades se derrumbaron rápidamente, ya que en el inicio fue expulsado Raffaelli, por un choque con Fefo Ruíz. Los uruguayos manejaron siempre el partido para quedarse con la victoria y el título del Sudamericano.
El tercer puesto le impidió a Argentina obtener una de las dos plazas clasificatorias para el Mundial del año siguiente.