Para la segunda edición del torneo regional Argentina estuvo a punto de no enviar a su selección, debido a problemas entre los dirigentes de la Federación Argentina (FABB). A pesar de eso, se consideraba al equipo argentino aspirante al título, ya que mantenía a las principales figuras del torneo anterior y había sumado a Caimari, figura del multicampeón Independiente.
El equipo venía estimulado por ganarle a Uruguay, el equipo más poderoso del momento, un partido por la Copa Mariné, lo que demostraba el poderío de los argentinos. Estos viajaron por ruta hasta Mendoza, donde disputaron un amistoso ante un conjunto local, y de allí, en auto, cruzaron la cordillera.
A pesar de los antecedentes el equipo argentino no rindió lo esperado, dentro de un torneo muy parejo y con marcadores muy cerrados.
En el debut dominaban con amplitud al local, Chile, pero en la segunda etapa bajó mucho su rendimiento, para sufrir la primera, ajustada e inesperada derrota. Luego llegaría la caída ante Uruguay, lo que complicó las posibilidades del equipo argentino.
En la segunda ronda no hubo mejoría. Perdió nuevamente por estrecho margen ante Chile, para cerrar, ya sin chances, con otra derrota ante Uruguay.
Argentina cerró su segunda participación internacional sin victorias y en el último puesto.