El año, cargado de compromisos para la selección, se cerraba con el de mayor trascendencia, el Torneo de las Américas, que otorgaba tres plazas para los Juegos Olímpicos de 1996. Al ser el organizador a Argentina se le presentaban grandes posibilidades de regresar a la cita olímpica. El técnico Vecchio mantuvo a la gran mayoría del Mundial anterior, con los regresos de De la Fuente y Villar, más la consolidación del joven Oberto. En la preparación se disputaron solo cinco partidos, todos en Argentina.
La primera fase del Torneo de las Américas se disputó en la ciudad de San Miguel de Tucumán. Allí se reunieron diez selecciones, ubicadas en dos grupos de cinco, donde jugaban todos contra todos. El debut fue con una clara victoria frente a Venezuela, en la siguiente noche vino otra ante Uruguay, pero mucho más estrecha y luego otra tranquila ante Bahamas. El primer cachetazo lo recibió en el cierre de la primera etapa, al perder con Brasil, luego de un flojo segundo tiempo.
El día libre se utilizó para trasladarse a la ciudad de Neuquén, donde se disputó la ronda final. Allí, los cuatro mejores de cada grupo enfrentaron a los equipos de la otra zona. El arranque costó mucho más de lo esperado y necesitó de un muy buen segundo tiempo para ganarle a Cuba. Ante Dominicana se llevó un triunfo amplio, aunque más peleado en el desarrollo. Contra lo esperado, ante un rival histórico como Puerto Rico jugó en un altísimo nivel, casi sin errores, para lograr una victoria aplastante. Canadá sí exigió al máximo a los argentinos, que otra vez jugaron muy bien la segunda mitad para llevarse el triunfo.
En la semifinal ante Brasil se jugaba la primera chance de clasificación y tras un partido muy duro y peleado, Argentina se quedó con la victoria y el festejado pasaporte para regresar a los Juegos Olímpicos. En la definición, ante los puertorriqueños, no logró mantener su rendimiento y cedió en los segundos finales, teniendo que conformarse con el segundo puesto final. Sin embargo, el gran objetivo ya estaba cumplido.