La participación en el Torneo de las Américas de 2009, que clasificaba para el Mundial del año siguiente comenzó con problemas desde mucho antes del partido inicial. Del bronce olímpico en China solo se podía contar con Scola, lo que hacía más complicado lograr una plaza mundialista. El plantel se conformó con jugadores experimentados, los que aparecían como el recambio natural de los olímpicos.
Argentina realizó once partidos de preparación, algunos de ellos en Brasil, México y Puerto Rico, con resultados no muy esperanzadores. El panorama terminó de complicarse con la lesión de Figueroa, lo que motivó que Prigioni, en medio de trámites contractuales en España, decidiera sumarse a último momento al seleccionado.
El torneo reunía a diez equipos, en dos grupos de cinco, jugando en cada uno todos contra todos y una segunda ronda con cuatro partidos más. Los dos primeros de cada zona disputarían las semifinales.
El debut fue con una aplastante caída frente a Venezuela y si bien en la segunda jornada se volvió a perder, ahora ante Brasil, el equipo ya empezó a dar alguna muestra recuperación. El claro triunfo contra Panamá permitió cambiar el rumbo y el ánimo, pero la agónica victoria, en suplementario, frente a Dominicana, consolidó la reacción del equipo.
En la segunda fase ya se vio una clara mejora en el rendimiento, con buenas victorias ante Canadá, México, Puerto Rico, ésta muy ajustada, y Uruguay, para meterse en semifinales y lograr una de los cuatro pasajes al Mundial.
En el cruce, esta vez los argentinos cayeron ante Puerto Rico en otro partido parejo, y en la disputa por el tercer puesto se logró una victoria sin complicaciones ante Canadá, permitiéndole alcanzar un nuevo podio. Scola fue elegido nuevamente el Jugador Más Valioso del torneo.