Después de un Mundial con un resultado final un tanto inesperado, Argentina encaró de lleno la etapa de recambio generacional en un turbulento escenario dirigencial, con la CABB intervenida y el ex Presidente Germán Vaccaro denunciado por corrupción. El por entonces interventor de la entidad, Federico Susbielles, apostó por el retorno de Sergio Hernández al equipo y el primer desafío del nuevo ciclo fue en los Juegos Panamericanos de Toronto. Allí la Selección, que llegó con una gira por Houston encima, presentó un plantel con varios proyectos (Garino, Brussino, Vildoza) y el liderazgo de Campazzo, Laprovittola y Mata (lesionado en el primer juego, casi no participó del torneo).
Argentina terminó con récord de dos victorias y dos derrotas, culminando en la quinta colocación, pero mostrando buenos indicios de cara al futuro, con interesantes apariciones y carácter en los cierres. De hecho, la base de ese grupo sería finalmente la que representaría al país en el Preolímpico de México, torneo inmediatamente posterior, y en el que la Selección obtuvo la clasificación para Río 2016.