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El doctor Diego Grippo, Jefe del Departamento Médico de la Confederación Argentina, habló del trabajo que se realiza, la evolución de la cobertura para los jugadores y su participación con la Generación Dorada, entre otros temas. En la foto, es el tercero desde la izquierda.
DIEGO GRIPPO Y LA EVOLUCION DEL DEPARTAMENTO MEDICO CABB
-¿Cómo está integrado el cuerpo médico de la CABB? ¿En qué situación se encuentra?
-Tenemos un cuerpo médico integrado por seis médicos y diez kinesiólogos. Es una actividad part-time, porque la mayoría tenemos otros trabajos. El crecimiento que han tenido las selecciones nacionales y la Confederación en los últimos años fue abrupto y se sumó al advenimiento de un montón de categorías nuevas. Entonces para cubrir toda esa demanda hizo falta que buscáramos médicos y kinesiólogos con sus respectivos suplentes. Además, se dio una baja en la cobertura que nos prestaba en su momento la Secretaría de Deportes de la Nación, que hoy está desbordada. Entonces cada deporte necesita su gente. También hay que mencionar el crecimiento del básquet, porque Argentina tiene resultados excelentes en casi todas sus categorías y eso hace que la demanda médica tenga determinado nivel.
-¿Cambió mucho desde que llegaste a la CABB, en 1998?
-Seguro. Todo fue parte de una evolución que tuvo la Confederación en un tiempo que es corto, de 12 años. Pasamos de tener la gauchada de un médico y un kinesiólogo en las selecciones mayores, masculinas y femeninas, a tener hoy todas las categorías con médico y kinesiólogo en cada una de las concentraciones y de los torneos. Por eso hay muchos kinesiólogos del Interior que trabajan para la CABB y cuando hay concentraciones mandamos al que está más cerca de ese lugar. Ya no podemos arreglarnos con un llamado telefónico a un colega que esté cerca, sino tener un kinesiólogo o un medico in situ. Incluso estamos tratando de tener nuestro espacio propio en el CeNARD, con nuestro equipamiento y nuestro botiquín para que los profesionales puedan empezar a tratar la lesión desde el momento en que ocurre.
-¿Cómo se divide todo ese trabajo? ¿De qué cuestiones se ocupan?
-El trabajo visto rápidamente desde afuera es brindar cobertura médica a los seleccionados argentinos, pero es mucho más que eso, hay cuestiones que no se ven. Por ejemplo, damos charlas instructivas sobre el tema del dopaje y estamos empezando con charlas de educación sexual, porque hay muchos sub 15, sub 17 ó sub 18, tanto masculino como femenino… Además, damos consejos para los vendajes, charlas preventivas sobre las lesiones más frecuentes en el básquetbol; tomamos cuidados preventivos por enfermedades como la gripe H1N1 o el dengue, medicina del viajero, etcétera. Por otra parte, tenemos en agenda el seguro de salud, que algunos seleccionados ya lo tienen y quizás lo tengan todos. A los chicos se les exige el consentimiento informado para la práctica deportiva, que refuerza los estudios necesarios para que la actividad física se realice libre de riesgos, más allá de los propios riesgos de la actividad, como traumatismos, golpes o torceduras.
CONSULTAS PERMANENTES
De esos jugadores que se revisan durante el proceso de Selección, imagino que muchos deben seguir consultando durante el año…
-Casi todos. Más allá de las inquietudes de ellos, nosotros nos preocupamos desde acá cada vez que nos enteramos de algo. Con los mayores es más mediático y nos enteramos, pero con la inmensa masa de jugadores que tiene la Confederación, que son alrededor de 200 chicos y chicas, es imposible seguir el rastro si ellos no reportan. Entonces muchos que conocen nuestra cobertura y ya tienen confianza, acuden a los médicos de la Selección para tener una opinión más, un diagnóstico definitivo. Mientras los jugadores están en proceso de Selección tienen toda esta cobertura libre durante todo el año, no es una consulta aparte. Tienen libre acceso a cualquiera de los profesionales de la CABB los 365 días del año.
-En cuanto al registro que llevan de las lesiones, ¿qué números interesantes surgen?
-Reportar nos da una idea de los porcentajes de lesiones más frecuentes, por sexo y por edad. Con esas estadísticas nos preparamos para armar el botiquín. La mayoría son esguinces de tobillo y traumatismos. Más allá de cuestiones aisladas, un kinesiólogo que trabaja con Selecciones argentinas de básquet tiene que rehabilitar esguinces, dolores de espalda, contracturas musculares o distensiones. Eso se tiene en cuenta para sumar personal, debe ser alguien apasionado del deporte y si está especializado en básquetbol mejor todavía. Tiene que saber lo que es trabajo en equipo y la idiosincrasia de un vestuario. Dista mucho la actividad de un deportólogo o un kinesiólogo de deportes con un médico que está en un consultorio con un paciente. Acá hay un acercamiento, una afinidad, una amistad entre jugador y médico que no es lo mismo que médico y paciente.
MANU, LESIONES Y PRESIONES
-Tenés una responsabilidad muy grande. Por ejemplo recuerdo la lesión de Manu Ginóbili en Indianápolis 2002, en la semifinal con Alemania. ¿Cómo se manejan esos momentos? A veces hay mucha de presión, el jugador quiere jugar pero no puede o un entrenador lo pide.
-El primer criterio que pesa es la lesión y el futuro del jugador. Esto se resuelve en alto porcentaje en los primeros dos minutos desde el momento que sucede la lesión: uno se dirige al jugador y ya está pensando si va a tener riesgo o no y cómo se va a poner en contacto con el club al que pertenece el jugador. Es imposible ocultar algo. En cuanto al criterio decisivo, pesa mucho la decisión del jugador. No hay ningún técnico que imponga de manera agresiva que tenga que jugar y menos en la Selección, porque los jugadores después vuelven y hay que dar el buen ejemplo.
-Pasó de otra lesión de Manu en Beijing 2008, que no pudo jugar el tercer puesto y luego fue operado de su tobillo.
-Nosotros hicimos todo lo posible para que Manu estuviera en un Juego Olímpico único, diferente, por el lugar donde se hizo, por el momento económico de China. Manu no se va a arrepentir jamás de haber estado ahí. Nosotros pusimos nuestro granito de arena para que él estuviera. Se nos escapó por muy poquito el momento de la final. En cuanto a riesgos, yo sabía perfectamente que esa lesión a la corta o a la larga se iba a solucionar. Está claro que él siguió jugando y está ahora en un momento muy bueno. Los manejos intermedios de la vuelta de la lesión fueron exclusividad pura de San Antonio, después de la cirugía. El hoy está en un estado de salud perfecto. Pero sí hay presión. La primera reacción de los clubes cuando se lesiona un jugador de ellos en la Selección es que lo quieren de regreso y que no juegue más. Pero el jugador es el que toma la decisión definitiva. También está la presión mediática, que en este tipo de lesiones y con estos jugadores rara vez la verdad sale en los medios tal cual es. Se desdibuja un poco, porque se habla mucho, por ahí el diagnóstico está perfecto y bien informado, pero hay todo un montaje alrededor con rumores que no son reales. Eso termina siendo una presión más.
QUIMICA, BUENOS MOMENTOS Y CONSEJOS
-También hay muchos momentos agradables. ¿Recordás alguno en particular de alguna situación del Departamento Médico que te haya puesto muy contento?
-Muchísimos jugadores nos agradecen porque en varios casos tomamos decisiones por ellos, con la duda de ellos. Se me viene a la mente la primera vez, con Fabricio Oberto en el Mundial de Grecia 1998. En ese momento, con Julio Lamas de entrenador, era un jugador fundamental. A una semana del debut, por una lesión él no sabía si ir. La decisión quedó puertas adentro, fue, tuvo una excelente rehabilitación y un gran torneo. Esa satisfacción es un ejemplo de muchos. Todo forma parte del trabajo, también los sinsabores. Si hay algo que no tenés son vacaciones en esos viajes, es mí deporte y siento pasión, es un valor agregado, pero se trabaja muchísimo, en ese mes de torneo internacional con 12 personas se concentra el trabajo de un año. Rara vez se dan procesos y concentraciones limpias, hubieron más relajadas, pero en los últimos años no, siempre hay alguna lesión.
-Vos que sos parte de todo lo que pasa con la Generación Dorada y que fuiste jugador. ¿Cómo vivís este trabajo a cargo del Departamento Médico de la Confederación?
-Lo vivo muy gratamente. Por haber estado muy cerca de ellos desde 1998, ver su progreso, con algo de cierto orgullo personal porque un granito de arena hemos puesto, hemos participado en ese desarrollo. Este equipo de la Generación Dorada disfruta verse, como amigos, hay mucho de eso: ellos van para estar con el resto del grupo, esa química se nota, sino no se hubiera logrado lo que se logró. Y desde el punto de vista laboral, a mí me nutre mucho el crecimiento y las metas logradas: de subirme a un avión cinco días antes de un torneo y bajarme dos días después, a haber creado el Departamento Médico que tiene hoy la CABB, darle cobertura y ocuparnos de la salud de tantos chicos, te da una satisfacción muy grande. Tanto en la CABB como en la Asociación de Clubes, donde también trabajo, se le dio importancia a esto y hay que remarcarlo.
-Por último, a modo de servicio, ¿qué consejo podés dejar para el cuidado de la salud del jugador? ¿Qué es lo primero a tener en cuenta?
-Que no dejen que un médico o un kinesiólogo los cuiden, sino que ellos ya se empiecen a meter de a poco en tres o cuatro conceptos preventivos generales: vendajes, saber qué es el doping y por qué se hace, cuidar la salud, una buena preparación física, buena alimentación, llevar una buena vida, una conducta responsable… Esas cosas hacen a un deportista. No lo tienen que decir de afuera, sino ellos preguntar de qué se tratan estas cosas y para qué sirven. Hay que saber que hay que descansar, saber de educación sexual, de drogas, hoy por hoy los chicos se interesan por todo y esto debe ser parte para hacerlos mejores profesionales. Si quieren ser mejores profesionales, estas cosas van a hacerlos mejores profesionales.
Rodrigo García
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La Confederación Argentina de Básquetbol tiene entre sus objetos la organización de la actividad. Si observaste o tomaste conocimiento de una irregularidad, podes realizar tu denuncia. Nuestro compromiso de gestión incluye mediar y analizar situaciones irregulares en el ejercicio y práctica de nuestro deporte.