Juan Ignacio Marcos pasó por "La entrevista de la semana". Su explosión con Peñarol a los 18 años, el crecimiento, el Mundial U19 y más.

-Imagino que el ánimo es mucho mejor después de ganar estos tres partidos de los últimos cuatro, ¿no?
-Sí, obviamente. Después de estos tres partidos levantamos mucho el ánimo, porque pudimos sacar la cabeza de la racha negativa de 11 partidos. Nos acomodamos un poco con estas victorias, y de a poco vamos mirando hacia arriba para evitar pensar en el fondo.

-¿Te había tocado la situación de perder 11 partidos consecutivos?
-No, fue mi primera vez así. Era muy difícil, porque no sabés cómo salir. Había momentos de los partidos donde estaban parejos y se te cerraba la cabeza, te trababas y no sabíamos qué hacer. Por suerte lo superamos y pudimos salir. Tardamos, pero salimos.

-¿Cómo trabaja la cabeza en esos momentos, sobre todo la de los más jóvenes como vos?
-Nosotros, los más chicos, también tenemos que asumir responsabilidades en esto, porque sabemos que somos 7 mayores y el resto juveniles, y no es que ninguno puede hacerse cargo de la situación. Todos estamos jugando minutos y asumiendo responsabilidades. Si nos necesitan, tenemos que rendir sea como sea.

-¿Cómo fue el hecho de ser el gran responsable de cortar la mala racha con aquel doble ante Olímpico en el final?
-Todavía estoy pensando que fue un tiro de suerte (risas). Por fin la suerte jugó para nuestro lado y nos ayudó. La verdad es que en el momento estaba muy contento, y tenía muchas ganas de sacarme la bronca acumulada por haber perdido tantos partidos.

-¿Cómo estás llevando esta primera temporada con muchas responsabilidades y minutos?
-La verdad es que muy bien. No esperaba que fuera una temporada con tantos minutos fijos o con tantas responsabilidades, como poder tomar la última pelota, afrontar esa decisión. Estoy asombrado por eso, pero me gusta tomar esas responsabilidades y asumir riesgos. Me siento muy bien, con mucha más confianza que en años anteriores.

-¿Te costaron los primeros momentos en el club, con algunos problemas físicos y lejos de casa?
-Al principio me costó adaptarme, era muy difícil. Pero lo fui superando, porque sabía que estar lejos de la familia era un sacrificio y esfuerzo que debía hacer si quería jugar al básquet. En Misiones era muy difícil encontrar competencia, así que asumí el desafío. Sabía que tenía que aguantar lejos de la familia y nada más, mirar para adelante y esforzarme para llegar a lo que quiero ser. Si no me esforzaba en esto, no iba a llegar a ningún lado.

-¿Qué estás viendo de tu juego hasta acá? ¿Qué te deja más conforme y qué aspecto tenés que trabajar más?
-Siempre remarco que la defensa y el físico son los dos aspectos a mejorar sí o sí. En donde me siento muchísimo mejor es en la lectura de juego, la toma de decisiones. Ahora me siento muy bien con eso, sé cuándo tirar, cuándo pasar... Creo que me voy sintiendo cada vez mejor.

-¿Cómo es el hecho de ser un base joven en esta Liga Nacional que muchas veces no perdona?
-Es muy complicado, pero ahora me voy sintiendo mucho mejor. Lo mismo deben sentir otros chicos que están pasando por lo mismo. A mi me costó entrar en confianza y en ritmo, pero me voy sintiendo mucho mejor y siempre tomando más responsabilidades. Lo más complicado era ordenar al equipo. Estar con tantos mayores genera que tengas miedo al hablar y que no te respeten. Ese era mi primer miedo al principio, hablarle a gente mayor y pensar que le faltaba el respeto. Pero cuando los vas conociendo, te vas soltando solo. Leo Gutiérrez me ayudó bastante, me decía "soltate, si tenés que cagar a pedo a alguien, hacelo"... Él tiene mucha confianza en mí y me lo hace notar. Yo estoy agradecido de poder jugar y tener como entrenador a un histórico como Leo. Me pone muy contento.

-¿Qué objetivos se plantean para esta parte final de la temporada?
-Queremos salir de la parte de abajo y dejar de pensar en eso, ganar la mayor cantidad de partidos que nos quedan y buscar como premio a nuestro esfuerzo la clasificación para los playoffs.

-Peñarol vivió hace poco una historia con un base joven que dejó una huella, que fue Facundo Campazzo. ¿Vos escuchás esos murmullos entre los hinchas o el entorno de ponerte en una situación que se pueda asemejar a la de él?
-Los suelo escuchar mucho, pero Campazzo hay uno solo. A mí me quedan muchos años de carrera, o eso espero, y todavía soy un juvenil. Quiero seguir mejorando y transformarme en otra cosa. Es obvio que su situación es como un espejo, y algunos me comparan con él. Pero no estoy ni cerca (risas).

-Te paso al plano de la Selección. ¿Cómo juega el hecho del Mundial U19 en tu cabeza?
-Siempre estoy pensando en eso, en la preparación de cara al Mundial. Y para eso tengo que reforzar lo que te dije de mejorar mi físico y defensa, porque al nivel internacional cuesta y se nota más. Me quiero preparar para poder quedar entre los 12.

-No son pocos los que ven en la camada 2000 a un grupo para la ilusión en el futuro. ¿Ustedes se ven así?
-Nosotros sabemos que tenemos potencial, pero no nos queremos agrandar. Somos todos jugadores jóvenes que no llegamos a ganar nada todavía. Tenemos que pensar en nuestra preparación para el Mundial e ir partido a partido, buscando una mejoría para el futuro más que nada.

-¿Qué es lo mejor de la camada?
-Con los chicos siempre hablamos de nuestra gran unión como grupo. Eso nos hizo llevarnos el tercer puesto del Premundial. Siempre estamos juntos y nos bancamos en todo. También hay mucho talento individual en esta camada. Y si lo combinamos con nuestra unión y lo convertimos en talento como equipo, nos va a ir bien.

-¿Cómo se controla el hecho de evitar escuchar o caer en las comparaciones que se pueden hacer sobre ustedes?
-Nosotros nos hacemos la ilusión, sin pensar en las comparaciones. Queremos llegar lejos, y si se nos da, bienvenido. Somos un grupo joven que está en preparación, y tenemos la cabeza metida en lo que queremos. El próximo paso es el Mundial, y queremos una buena actuación ahí.

-¿Cuál sería?
-Queremos jugar bien, eso es lo que necesitamos. Después veremos los resultados. Podés jugar bien y ser tercero, o jugar mal y ser último. Hay que ver cómo se nos da. Lo mejor sería jugar bien y tener una buena posición.

Foto: La Liga Contenidos.

Leandro Fernández
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