El ala-pivote suplente, que se impone en la llave a pesar de dar ventajas de altura, elogia al equipo y advierte: Hay que tener una cabeza muy fuerte
Fue una de las figuras del seleccionado en el torneo por la Copa Tuto Marchand, pese a su condición de suplente. A Diego Lo Grippo, de 29 años -de él se trata-, no le importa venir a tapar ausencias; su disponibilidad es permanente y por lo general aporta mucho más que lo que se espera, como ocurrió en el cotejo de anteayer contra Uruguay: 10 puntos y 3 rebotes en 11 minutos, con 2 de 3 dobles y 1 de 1 triples.

No sé por qué ocurre, pero debe ser porque me siento más cómodo con mi papel en el seleccionado que en mi equipo en España [Burgos], dice el rosarino que se desempeña como ala-pivote y se impone en la zona pintada pese a sus apenas dos metros.

Me gusta el corazón que tiene este equipo. Hay mucha garra, entrega. De todos modos, creo que nuestra mayor virtud respecto del resto de los países es el concepto de equipo que tenemos. Pocos pueden mostrar un juego colectivo como el nuestro. Acá un día el goleador es uno y al otro día le toca a otro. Eso también dificulta el scounting del oponente, apunta con convicción. Una reflexión que quedó confirmada en el debut en este Preolímpico, cuando los máximos anotadores no fueron los de siempre y apareció en todo su esplendor Pablo Prigioni.

También tiene claro qué es lo que necesita corregir el seleccionado para la parte más difícil del certamen. Hay que estar muy convencido de que no debemos desaprovechar oportunidades. Es un torneo muy duro y parejo en el que no hay que distraerse un día porque se puede lamentarlo por el resto de la competencia. Hay que estar muy concentrados siempre, y eso es lo más complicado, porque es un campeonato muy largo, con partidos todos los días. Esa será la clave: no relajarnos. Saber que no nos sobra nada y todos los días tenemos que dar lo máximo. Hay que tener una cabeza muy fuerte, enfatiza.

Pese a que Lo Grippo nunca jugó un campeonato de este nivel de exigencia, a los 29 años y con 30 partidos internacionales cuenta con la suficiente experiencia como para conocer virtudes y defectos de su equipo. Me parece que los bajones de intensidad defensiva son lo que más rápidamente debemos corregir. Tener 10 o 15 minutos de desatenciones puede llevarnos a perder el partido. Hay que evitar bajones, subraya.

Mas allá de lo riguroso de su análisis, Lo Grippo destaca el valor del grupo: La convivencia es excelente. Hay mucho respeto, nadie se cree superior a otro y eso nos potencia. Siempre se practica en silencio y existe una gran conexión desde el Nº 1 hasta el Nº 12. Si bien no todos nos conocemos mucho, la buena onda es constante, y sirve como para que vayamos sintiéndonos cada vez más cómodos.

Para el técnico y para los dirigentes, el rosarino, ex hombre de Ferro Carril Oeste es un jugador muy positivo. Nunca tiene un problema; está siempre bien, dijo Sergio Hernández. Para todos es un basquetbolista siempre eficaz que da un plus de rendimiento cada vez que se pone la celeste y blanca. Un hombre de enorme utilidad para el seleccionado nacional. Siempre fue así.

Fuente: La Nación (Miguel Romano)

Foto: Marcelo Figueras