Diego Grippo, consultor médico de CABB-AdC, dio precisiones de cómo se trabaja en Buenos Aires y dejó claro un mensaje: "El éxito dependerá del estricto cumplimiento de las medidas".

Y un día volvió la Liga Nacional. Luego de la cancelación de la última temporada y 236 días después del último partido oficial, la principal competencia del país inició su temporada. Y, para poder llevarla a cabo en este contexto de pandemia, se decidió realizarla con el sistema de burbuja, una sede única (Buenos Aires) donde se disputen todos los partidos (en dos estadios: Ferro y Obras), básicamente por ser la forma más segura para realizarla. Para el éxito de esta modalidad copiada de la NBA y gestionada por la dirigencia del básquet con el gobierno nacional será determinante el enfático respeto del protocolo sanitario que armó el médico Diego Grippo, integrante del Comité de Crisis que la Confederación Argentina y la Asociación de Clubes crearon en marzo para hacer frente a las consecuencias de esta pandemia.

“El éxito del sistema dependerá del estricto cumplimiento de las guías que FIBA ha enviado y que nosotros hemos adaptado estudiando muchos casos de competencias en distintos países. Nadie deberá descuidarse en la prevención ni menospreciar el riesgo que existirá. Todo pasará por la responsabilidad individual para que, colectivamente, podamos cumplir con el objetivo de demostrar que el básquet argentino puede organizar un evento de esta magnitud”, asegura Grippo, consultor en Salud y Deporte de la CABB y la AdC e integrante de la Comisión Médica de FIBA. El médico elaboró un dossier de 19 páginas que incluye la explicación de por qué este formato es la mejor opción y detalla, en otros capítulos, cómo serán los traslados, las evaluaciones y controles médicos, las comidas, alojamientos, entrenamientos, partidos y el rol de los recursos humanos, el personal médico y los medios de comunicación.

“Las claves son varias y están detalladas en el documento, pero todo comenzará y terminará en el cumplimiento de las normas detalladas en ese documento”. En charla con Prensa CABB, ése fue el mensaje principal que Grippo decidió bajar para aquellos que estarán involucrados en la sede. “No sólo me refiero a jugadores o entrenadores. Acá un periodista o un cocinero, por mencionar dos funciones al azar, pueden insertar el virus en la burbuja y generar una propagación”, agrega el bahiense, quien puntualiza que los cuidados serán similares a los que todos llevamos adelante en la vida cotidiana. “El lavado de manos permanente, el distanciamiento social y el uso de las barreras que hoy sabemos que son eficientes (tapabocas, barbijos y máscaras). Luego, claro, la higiene y la ventilación de todos los espacios utilizables, en los hoteles, los transportes y los estadios. Todo eso es esencial. Yo estuve analizando los protocolos de distintas competencias en diferentes países (la NBA, España, Alemania, Inglaterra) y si bien no todos son iguales, es verdad que son parecidos y, en las cuestiones básicas, resultan todos idénticos”, aclara Grippo.

Siguiendo con las premisas básicas para el éxito sanitario de la burbuja, el médico habló de la importancia de los tests. Ya realizados para el ingreso a la burbuja -ya se detectó un positivo en Atenas y se aisló al jugador y al contacto estrecho, su compañero de habitación- y los siguientes, durante la competencia, que serán antes de comenzar los partidos y, posiblemente, en algunos casos, si hay sospechas de algún positivo durante la disputa del torneo. Grippo también hizo hincapié en dos temas. Primero, el cambio de hábitos que los protagonistas deberán internalizar para evitar riesgos. “El tema de choque los cinco o ‘nos juntamos a charlar y tomar mate en la habitación del utilero’ no pueden pasar, por ejemplo. En eso necesitaremos la responsabilidad de todos los involucrados”, comenta. Lo segundo es la eficacia de la organización en todos los temas de prevención y controles. “Es un esfuerzo de logística y todo deberá funcionar como un relojito, cada engranaje cumpliendo su función con precisión”, explica.

Los hoteles elegidos son dos: el Ramada Inn en Vicente López para los 10 equipos de la conferencia Sur, ubicado a 10 minutos del estadio de Obras Sanitarias, y el Howard Johnson para los 10 de la Norte que jugarán en Ferro. Todo organizado con material preventivo, alfombras higiénicas, dispensadores de soluciones hidroalcohólica y geles, ambos con capacidad suficiente para alojar a las 200 personas que componen las 10 delegaciones de cada conferencia. Se hizo hincapié en la limpieza diaria de todas las habitaciones y lugares comunes, y en un servicio de lavandería acorde a las nuevas necesidades. También se precisaron las exigencias en el tema comidas, en lo posible con cubertería envasada individual y bebidas individuales embotelladas, todo realizado en comedores ventilados y debidamente higienizados, buscando no superponer horarios de los distintos planteles.

Las canchas de juego son dos (Obras y Ferro) y las de entrenamientos, seis: San Lorenzo, Pedro Echagüe y Villa Mitre para la Norte mientras que Ciudad de Buenos Aires, la UBA y Banco Nación serán las elegidas por los equipos del Sur. Todas con circuitos delimitados para ingreso y egreso (distintos), intentando evitar el uso de los vestuarios durante las prácticas. Hay sectores para limpieza de calzado y se busca respetar a rajatabla los horarios (1 hora de práctica como máximo, 15 minutos entre la salida de un equipo y la entrada del siguiente, por caso). Cada jugador debe llevar una muda de ropa, un kit de higiene personal y un par extra de zapatillas extra, para juego y entrenamiento. Hay un marcado énfasis en que los lugares cerrados deben ser permanentemente ventilados y aseados, con suficientes dispensadores de geles y soluciones hidroalcohólicas. Además, tanto en los hoteles como en los estadios, habrá puestos de control médico en cada uno de los accesos. No habrá prensa (salvo los encargados de los streamings, para evitar aumentar los riesgos), salvo la oficial, de los equipos y de la Liga, que proveerá contenidos para todos y armará conferencias de prensa y entrevistas virtuales.

En Buenos Aires se eligieron dos centros de salud (Imaxe e Himan) destinados para la competencia. El protocolo tiene todo determinado, incluso una forma de reaccionar a las contingencias. “Si hay un positivo o alguien con sintomatología de Covid, se lo aislará en otro lugar del hotel que estará especialmente preparado para ese fin”, detalla Grippo, como ya empezó a realizarse con el caso Atenas: se aisla al jugador contagiado -asintomático- y a su contacto estrecho -el compañero de habitación- durante al menos 72 horas y se los hisopa para saber si son positivos.

El Comité de Crisis, que volvió a reunirse este martes para seguir auditando y gestionados las mejores necesarias en esta burbuja, realizó una evaluación del riesgo de propagación de la enfermedad en base a una guía enviada por FIBA. “Siguiendo los lineamientos y viendo las respuestas de los organizadores ante las diversas preguntas que la guía plantea, el riesgo de propagación da hoy dio Bajo”, informa Grippo. Este documento proporciona una lista de verificación de mitigación y evaluación de riesgos, en base a la información reunida sobre la sede y que luego, a través de una matriz de decisión, arroja una puntuación por cada respuesta y así calcula el riesgo a través de un score final. Ahora eso sí y como adelantó Grippo, más allá de la logística, dependerá de la responsabilidad individual de todos los protagonistas.