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“Es difícil decirle que no a la NBA, no me arrepiento de haber tomado ese camino”

Jueves, 10 de Mayo de 2018 / Publicado en La entrevista de la semana
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Nicolás Brussino pasó por “La entrevista de la semana” y se abrió como nunca antes en una charla profunda y extensa.

Analizó sin vueltas su año y medio en la NBA, detalló la lucha diaria por tratar de ganarse un lugar, remarcó la diferencia entre Dallas y Atlanta, reconoció el aprendizaje del proceso y se metió en su presente en Gran Canaria, donde nuevamente pelea por tener minutos. “Hoy en día me toca vivir esto, son momentos y hay que pasarlos”, señaló, con madurez, el escolta de 25 años.

Los años no vienen solos y, poco a poco, aquel chico tímido va quedando en el pasado. Nicolás Brussino se prende a “La entrevista de la semana” y se abre por completo, mostrando enorme madurez a sus 25 años. El escolta nacido en Cañada de Gómez no tiene pelos en la lengua y habla de todo, y vaya si tiene para contar situaciones de estos últimos años, que fueron toda una montaña rusa de situaciones que lo vio llegar a la NBA, disfrutar buenos momentos en cancha, sufrir un corte inesperado, ilusionarse con una nueva chance, frustrarse por descubrir otra realidad y renovarse con un nuevo corte que dio paso a un cambio de destino. Hoy se encuentra en Gran Canaria, nuevamente peleando por tener minutos, algo que se viene negando en las últimas semanas. Pero todo es aprendizaje para uno de nuestros grandes talentos jóvenes. Bienvenidos a un profundo viaje a la actualidad de Brussi.

-¿Cómo está hoy por hoy Nicolás Brussino en cuánto a lo deportivo en sí?
-Yo me siento bien. Sé que en los últimos días no estuve jugando, pero a nivel personal me siento bien, también lo estoy desde lo físico. Estoy preparándome para poder demostrar mi juego cuando tenga la chance de estar en cancha.

-Tuviste un pequeño esguince en un tobillo, ¿cuánto de la ausencia en estas últimas semanas tuvo que ver con eso?
-Me había quedado afuera en un partido contra el Betis y después me lesioné y estuve dos semanas afuera. Pero ya hace una semana que me vengo entrenando bien y me siento cómodo, sin rastros de la lesión.

-Bueno, esto de quizás no jugar y estar preparado para cuando te toque la chance fue parte de lo que venís viviendo en los últimos años, así que imagino que estás acostumbrado a ese proceso de tener paciencia…
-Sí, sin dudas. Desde que me fui a la NBA que me tuve que mentalizar en estar siempre preparado para cuando tuviera minutos. Creía que al venir a España iba a ser una situación distinta, pero bueno… También hay que considerar la situación del equipo, que en un momento tuvo varios lesionados y hubo que contratar a otro jugador, lo que modificó un poco la rotación. Hoy estamos todos y somos 13, y el técnico decide que soy el que tiene que quedar afuera.

-Y más allá de esas cuestiones del equipo, ¿la idea al llegar a Gran Canaria fue la de tener los minutos que no venías teniendo en la NBA?
-Claro, fue la idea principal. No era uno de los equipos top, sino quizás de segunda línea. Y para mí era genial como para mi primera vez en España. Pero bueno, se fueron dando algunas cosas buenas y otras no tanto. Hoy en día me toca vivir esto, son momentos y hay que pasarlos, hay que ser fuerte para el futuro.

-Más allá de los minutos, ¿cómo te sentís dentro del equipo y cómo fue la adaptación, sobre todo pensando que llegaste a mitad de temporada y nunca es fácil hacerlo?
-No es fácil. De todas maneras, con los compañeros se dio todo muy bien. Encima cuando llegué nos tocó un viaje de 10 días, y eso me vino bien para que me conozcan. Pero creo que me ha costado bastante en cancha. Sabía que para el técnico iba a ser difícil desde un principio, porque ya tenía su rotación y sistema de juego definido. Que yo llegara a mitad de temporada iba a ser difícil. Traté de sumarme, pero es difícil cuando el técnico ya tiene su plan de juego. Eso hace que las oportunidades quizás sean menores. Pero entiendo que es parte del proceso. Son mis primeros pasos en España. Es una experiencia que me toca vivir y debo estar tranquilo, siguiendo con el trabajo diario.

-¿Llegar con el cartel de ser jugador NBA hizo que te tomaran de otra manera, o vos quizás también pensabas que eso iba a hacer que fuera más fácil tener chances de jugar?
-Yo pensé que con eso iba a tener más protagonismo y oportunidades, pero nunca hicieron preferencias ni nada, sino que me tuve ganar minutos día a día, tuve que demostrarle al técnico lo que sé hacer adentro de la cancha. Y sin dudas que sirve.

-Antes de la AmeriCup hablábamos y la situación era otra completamente distinta, con la ilusión de la llegada a Atlanta tras la salida de Dallas y con la certeza de sentirte jugador NBA. ¿Qué pensás que pasó hasta el corte?
-Los primeros meses en Atlanta fueron buenos, en los amistosos jugué bastante y lo hice bien. Pero a medida que empezó la temporada regular, las oportunidades no aparecían, incluso a veces no participaba de los entrenamientos. Los primeros meses me la banqué, pero después llegó un momento en donde la cabeza pedía y necesitaba un cambio. Nosotros teníamos una meta de llegar hasta enero y desde ahí ver qué hacer, si seguir en la NBA o no. Pero bueno, se dio antes el corte y al principio dolió, pero por otro lado fue un alivio porque sabía que no la estaba pasando bien, y las circunstancias a nivel basquetbolístico no me estaban sirviendo. Analizamos la situación de Gran Canaria y entendimos que era lo mejor para seguir jugando, que es lo que me gusta.

-¿El contexto de Dallas era mejor que el de Atlanta? Lo pienso sobre todo desde la mayor cantidad de raíces latinas que tenías en aquel equipo comparadas con las de los Hawks.
-Sí, pero mi año en Dallas fue muy bueno más allá de lo latino. El trato fue muy diferente hacia mí. En Dallas estaba muy cómodo, la pasé muy bien durante la temporada. Son franquicias distintas y se manejan diferente. Pero bueno, fue una experiencia más en mi vida y de todo eso saco cosas positivas.

-Parece que en Atlanta te diste cuenta de esa parte fría que tiene la NBA y que muchos mencionan, ¿no?
-Sí. Sabía que en Estados Unidos podía ser así. Lo que pasa es que en Dallas no lo había vivido, y de cierta manera me sorprendió al haber pasado a Atlanta. Ahí conocí un poco más de la realidad, eso de que las relaciones son un poco más distantes.

-¿En dónde te apoyaste en esos meses complicados y de incertidumbre en Atlanta?
-En Atlanta estuve desde el principio con mi familia y me acompañó en casi todo el proceso. Creo que estuve sólamente 20 días solo, y eso me ayudó mucho para la cabeza y el ánimo. Hicieron todo para que siguiera hacia adelante. El corte lo viví solo, pero sabía que iba a llegar en cualquier momento. Y la verdad es que tanto yo como mi familia nos sentimos aliviados, porque sabían que no la estaba pasando bien. Entonces es como que eso tranquilizó un poco las cosas.

-¿Cuál era la peor parte de ese “no la estaba pasando bien” que decís?
-Lo que pasa es que todos los días te levantás temprano a la mañana, entrenás, te preparás físicamente, y pese a que el equipo no andaba bien, no llegaba la chance. Uno se da cuenta cuándo puede ayudar, yo sentía que podía dar una mano y no llegaba. O sea, estaba cambiado, íbamos 20 puntos abajo y decís “dame la chance de jugar y tratar de demostrarte que puedo hacerlo”. Y eso nunca lo tuve, y hace que te sientas mal y te frustres.

-Tomando ese año y medio en el mundo NBA, ¿te arrepentís de tomar la decisión de ese camino o lo tomás como un aprendizaje? Porque quizás siempre está eso de mirar desde afuera y decir que encarar el camino de Europa primero era mejor opción…
-No me arrepiento de ninguna manera. O sea, cuando te viene una oferta de un equipo NBA es difícil decir que no, sobre todo para un chico que tuvo a la NBA como el sueño de su vida. Si te encontrás con una oferta para hacerlo, ¿cómo le decís que no? Después queda en uno aprovecharla. Yo estoy agradecido y contento por el paso que pude dar, porque me ayudó a formarme y crecer como jugador y persona.

-¿Cuál es la mayor enseñanza que te dejó este año y medio en la estructura NBA?
-Que para ser un jugador NBA tenés que ser muy consistente en el día a día. No podés tener un partido bueno y uno no, y si lo tenés hay que ser positivo de la cabeza para dejarlo atrás y salir adelante. Hay que mantener siempre consistencia. Además, claro, te deja un enorme aprendizaje en cuanto a la preparación física y mental.

-¿Vos te sentiste a la altura? Porque vos tuviste y adoptaste eso de la preparación y la consistencia, pero quizás también se necesita suerte en el contexto.
-Yo creo que sí. Es más, en Dallas tuve las oportunidades. De 82 juegos de la temporada, estuve en 54. En los últimos 9 de la fase regular tuve muchos minutos. He tenido partidos muy buenos, y creo que en Dallas di un paso adelante en todo sentido. Lamentablemente ellos tomaron una decisión sobre mi futuro y no dependía de mí, pero mi paso fue muy positivo. Lo de Atlanta quizás no fue tan así, pero me sirve como experiencia, para entender que en no todos los equipos la vas a pasar bien. Son aprendizajes que el jugador necesita. No existe el mundo ideal donde todo te sale bien o como querés.

-Más allá de esta recta final en Gran Canaria, donde probablemente estén en los playoffs, ¿qué desafío te gustaría asumir más adelante? ¿Resignarías equipo o cartel, por decirlo de cierta forma, por más minutos?
-Sí. Hoy en día es difícil pensarlo, pero hoy necesito demostrar que puedo jugar en la Liga de España, que soy un jugador que puede hacer muchas cosas. En estos meses no lo he demostrado, por distintas circunstancias en el equipo. Pero estoy ha tiempo de hacer algo así, de resignar equipo por minutos. Está claro que eso no garantiza nada, pero es una opción para pensar. Y no sería dar un paso atrás, sino para que uno se sienta bien, con confianza y cómodo. Sería para demostrar que podés estar en equipos de categoría, no sería algo malo.

-Te paso al plano de la Selección. ¿Cómo fue volver para la última ventana, y qué balance hiciste, sobre todo pensando que se perdió un partido contra Uruguay que quizás se contaba adentro?
-Para mi fue buenísimo volver, porque siempre es un orgullo estar con la camiseta de la Selección. Creo que contra Uruguay hicimos un primer tiempo muy bueno, pero después nos relajamos bastante y se nos escapó en un final peleado, nos ganaron bien. Después, contra Paraguay demostramos que tenemos talento y categoría para luchar y conseguir la clasificación al Mundial.

-¿Sentís que, ante las ausencias, pudiste dar un paso al frente en el equipo?
-Desde lo personal me sentí bien. Creo que pude ratificar el mismo camino que tuve en la AmeriCup, donde me había sentido muy cómodo. Me fue bien, y ahora que se suman los chicos de la Euroliga el equipo será distinto. Hay que seguir hacia adelante.

-¿Cómo imaginás estas ventanas que se vienen, donde el equipo estará completo y con tiempo para seguir creciendo?
-Se vienen desafíos importantes. Hay que seguir creciendo y entrenando, porque todavía somos jóvenes. Las semanas de entrenamiento serán fundamentales para hacerlo, sabiendo que debemos trabajar y mejorar para lograr el principal objetivo, que es la clasificación para el Mundial.

Leandro Fernández
@FernandezLea
[email protected]
@cabboficial

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