En un partido de alta tensión, se exprimió al límite de sus posibilidades y derrotó a Independiente de Oliva para meterse en las semifinales del certamen. Ahora, a esperar a los equipos de Buenos Aires.

Lo grita fuerte, mete puñetazo al aire y se nota en la cara que está feliz. Gastón Fredes vuelve a defensa con una sonrisa y recién con el balance defensivo afianzado mira al banco, busca aprobación y encuentra el delirio de cuerpo técnico y compañeros. Suelta la sonrisa, libera la tensión y sabe que esta vez fue él uno de los protagonistas para ayudar al equipo.

Termina de atropellar a medio mundo en la zona pintada y de sacar un tiro por donde era imposible hacerlo, con los brazos colorados de los cachetazos recibidos y los pies hinchados del esfuerzo, pero lo grita con fiereza mirando a la tribuna. Le dijeron de todo menos lindo con tonada cordobesa. El gordo usado como sustantivo tuvo la compañía de adjetivos varios, y aunque la camiseta blanca no ayuda, a él poco le importa. Tato Chiana está gordo, pero de básquet, de puntos y de corazón. Ya quisieran todos tener uno como él.

Gimnasia ganó un partido que podría haber perdido. No es la primera vez. Pero esa es quizás la clave de su éxito. Sacar más de donde parece que no hay, exprimirse al límite de las posibilidades. Gimnasia ganó 94 a 90 ante un Independiente de Oliva que necesitaba ganar por 10 para dejarlo afuera y que con un formidable partido casi lo logra. Pero no. Gimnasia ganó y tumbó a otro candidato más, como fue 9 de Julio o como fue Los Indios de Moreno. Y con su compañero de aventuras Sportivo Suardi avanzó a las semifinales del Torneo Federal.

No la pasó bien durante buena parte del juego. Arrancó mejor, es cierto, compacto atrás y efectivo adelante, pero poco a poco Independiente halló en Martina abajo y en Cuevas afuera a dos piezas clave para lastimar a la defensa rosarina y tomar el control del marcador y del trámite. Esta vez la excesiva paciencia encontró en el movimiento de pelota un aliado formidable y los triples ayudaron a abrir a Gimnasia.

Reaccionó el dueño de casa con buen ingreso de Fredes (aporte en ambos costados) y la potencia de Chiana, mientras que Independiente mantuvo el control de las acciones, pero sufrió el vaivén de la diferencia que necesitaba y eso crispa los nervios, te saca de eje. No es sencillo de manejar.
Entre Yanson y Chiana mantuvieron a Gimnasia en el tercer segmento, pero Giletto posteado y Cuevas inspirado le dieron una luz a la visita. Para colmo, dos triples pegaron en el aro y el destino hizo que increíblemente atravesaran la red. Algún amante de los designios divinos creyó ser portador de malas noticias.

Pero agoreros a un lado, Gimnasia no iba a dejarse llevar por malas vibras. Y fue a dejar lo último cuando lucía acorralado. Primero arrimó y le bajó los humos a Independiente, después empató y lo desesperó y por último pasó al frente y ya todo fue impotencia en un equipo que había jugado bien y hecho méritos para ganar. Yanson, Chiana, y Fredes fueron determinantes. Para festejarlo, para gritarlo.

Con los de Temperley, con los de El Tala, con los de Atalaya, con los de Calzada, con los de Sportsmen, con los de Ciclón, con los de Unión de Arroyo Seco, con los de Banco y, obvio, los de Gimnasia. Porque bien puede ser el equipo de todos, el que une buenas sensaciones y emociona. Ya está en semifinales.

SINTESIS

GIMNASIA 94: Franco Borsellino 14, Rodrigo Gallegos 15, Gregorio Traglia 5, Maximiliano Yanson 8, Pablo Mécoli 6 (fi), Agustín Chiana 27, Julián Fernández 5, Augusto Capra 0, Gastón Fredes 14, Octavio Parizzia 0. DT: Mariano Junco.

INDEPENDIENTE 90: Nicolás Nieto 1, Matías Cuevas 20, Benjamín Herrera 6, Salvador Giletto 23, Fernando Martina 13 (fi), Santiago Ramallo 0, Agustín Pautasso 7, Iván Álvarez 9, Ramiro Ledesma 11. DT: Martín González.

ESTADIO: Gimnasia.

ÁRBITROS: Morales, Quintana y Barbarini.

PARCIALES: 17/21, 40/43 y 60/67.

TEXTO: David Ferrara para www.basquetrosario.com.ar

FOTOS: Juan José Cavalcante (individuales) y Franco Reggiardo (grupales).